Resultados del Proyecto "META"

Luego de seis años de observación continua, el proyecto META I, bajo la dirección del Prof. Paul Horowitz, ha llegado a examinar más de 6 x 1013canales espectrales diferentes. Horowitz, observó todo el cielo comprendido entre las declinaciones de -30 y +60 grados. Un examen detallado de los mismos, demostró la presencia de 37 señales que tienen todas las características que se esperarían de una señal originada en una inteligencia extraterrestre.
Por otra parte, en Argentina, el proyecto META II ha llegado a examinar 2 x 1014canales espectrales diferentes, observando las declinaciones comprendidas entre -10 y -80 grados. Entre los mismos, se encontraron 19 "picos" con características similares a los observados en el hemisferio norte. Sin embargo, aun no es posible asegurar y menos aun demostrar, que alguna de estas 56 señales "alertas" estén generadas en civilizaciones extraterrestres.

Todas estas "alertas" tienen en común anchos espectrales "ultra-angostos" y en ningún caso pueden ser identificadas con alguna fuente de interferencia terrestre. Debido a la rotación de nuestro planeta, el sistema META debe compensar electrónicamente el efecto Doppler causado por ella. Teniendo en cuenta la resolución del espectrómetro (0,05 Hz), éste se transforma en un efecto de importancia, durante los 20 segundos de integración de cada perfil. Como las interferencias terrestres, rotan junto al planeta, cuando el sistema las detecta, aparecen en pantalla con un espectro muy ancho (contrario al que se busca). También, se contrastaron los datos con las posibles transmisiones de satélites artificiales, pasaje de rayos cósmicos a través de los procesadores, armónicas de TV, FM, telefonía celular, etc. Las fuentes antes mencionadas, suelen dejar impresas características "propias" que las hacen "identificables". Sin embargo, las 56 señales remanentes no logran adecuarse a ninguna de ellas.

Cuando se grafica su distribución espacial en el cielo, las más intensas se localizan, justamente, en la posición del plano galáctico, donde se encuentra la mayor densidad de estrellas en la galaxia. Sin embargo, cuando se vuelve a apuntar las antenas, en las mismas posiciones del cielo donde se detectaron cada una de las señales, simplemente, "éstas" ya no están allí. En general, las "alertas" estuvieron "en el aire" por lapsos de tiempo menores a los 2 minutos y luego desaparecieron. No se volvieron a presentar cuando se re-observaba las mismas declinaciones en cada uno de los dos subsecuentes relevamientos, como así tampoco en las observaciones individuales por lapsos de una hora (en modo seguimiento).

Para poder determinar el origen de estas "alertas", los investigadores de la Universidad de Cornell, James Cordes y Joseph Lazio, están desarrollado procedimientos de técnicas observacionales, teniendo en cuenta las variaciones de "centelleo" causadas por la presencia de nubes de plasmas interestelares. Estas últimas, podrían ser las causantes que, bajo ciertas circunstancias se detecte la señal, mientras que en otras, se las observe sensiblemente atenuadas. Otro de los procedimientos que se está utilizando, consiste en la observación simultánea de la misma región del cielo desde los observatorios de Harvard y Buenos Aires. Esta técnica es empleada entre las declinaciones de -10 y -30 grados (accesibles a ambos observatorios). De esta manera, si apareciera una señal, en los dos radiotelescopios, a la misma hora, posición y frecuencia, este hecho se convertiría en una excelente evidencia de que "existe una fuente extraterrestre de señales ultra-angostas", posiblemente de carácter inteligente. Aún no se ha encontrado nada concluyente en esta dirección. Pese a ello, la búsqueda de vida inteligente más allá de la Tierra continua vigorosamente con la exploración del cosmos.

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Ultima actualización: Nelva Perón - Octubre 2004